jueves, 13 de noviembre de 2008

El Ataque de la Mujer Serpiente


Llegó el noveno y último acto. El actor no se aprendió sus parlamentos y tampoco hace el esfuerzo por memorizarlos. No hay tiempo para eso, sino que llegó la hora de acabar con la obra, mi primera gran función.

Estamos llegando a fin de año y me queda poco para finalizar la U. Si Dios quiere, aún no canto victoria, pasaré a segundo año de mi carrera. El año ha pasado volando, estando en un abrir y cerrar de ojos a un mes de cerrar el segundo semestre. No solo de evaluaciones vive el universitario, también lo hace de vida social. La historia de hoy no tienen ni pies ni cabeza, o quizás sí. La verdad es que no sé, pero los desafío a ustedes a encontrarle un sentido a la historia….si es que realmente lo tiene.

Ella llegó, con su estrambótica presencia, para ganar, ¡ser una winner!. Su sueño es convertirse en una gran profesional, pero para eso es necesario mover los hilos lo suficiente como para ganar aliados. Enemigos le sobran y yo me sumo a ese equipo. Desde el día en que me quiso destruir, la detesto. Odio estar cerca de ella, verla en los pasillos de la U, verla conversar con mis amigos. Todo por que sé que cada palabra de ella, cada susurro y cada aliento, destila más veneno que una serpiente.

Siempre he dicho, pensado y defendido, la idea de que se debe “amar al amor y odiar al odio”. No quiero sentir esto, pero no puedo evitarlo. Hasta en eso me hizo cambiar esa mujer. Es más, nunca pensé volver a tener que lidiar con gente que detesto.

Yo le encuentro miles de defectos, pero tiene una gran virtud, una tan grande que ni siquiera mi dueño, El Errante, lo puede combatir: es talentosa. Tiene un gran futuro por delante y ojala que deje atrás su pasado de víbora. ¡Ojalá que la serpiente se transforme en gacela!

Es noche de luna llena escribo incoherencias. La última neurona que me quedaba hiperventilada, ni con mil cafés vuelve a su actividad habitual. Mi mente está entre A Lua e o Mar, junto a Pepeu Gomes y Moraes Moreira.

Discúlpenme por lo que escribí, no por el fondo, sino que por la forma. “…Suena mal y no importa la razón…”

Buenas Noches. Buena Suerte.

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